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Informe: las viviendas a bajo precio desaparecen mientras aumenta la falta de hogares en Charlotte

By David Boraks

A pesar de años de esfuerzos públicos y privados, la cantidad de unidades de vivienda a bajo precio continúa disminuyendo en Charlotte y el condado de Mecklenburg, a medida que aumenta la necesidad de las mismas. Ese es uno de los temas del Informe anual sobre el estado de la inestabilidad de la vivienda y las personas sin hogar del condado de Mecklenburg. El informe también señala un aumento en las personas sin hogar y dice que la pandemia del COVID-19 está empeorando las cosas.

El reporte se basa en datos del Censo del 2018 y la información local más reciente. Describe una crisis de vivienda a bajo precio que no está mejorando, dijo Courtney LaCaria, investigadora de vivienda del condado de Mecklenburg.

“Estamos perdiendo terreno. Y la necesidad está creciendo. Y hay una necesidad de viviendas a bajo precio más permanente, especialmente para los hogares que ganan menos. Y esa necesidad estaba ayer. Está allí hoy. Y va a aumentar mañana”, dijo LaCaria.

La brecha de la vivienda a bajo precio

El informe estima una escasez de 44,572 unidades de alquiler para las personas que ganan menos del 50 % del ingreso promedio del área (AMI en inglés), o $39,500 al año para una familia de cuatro. Eso es casi 1,500 unidades más que el informe del año pasado.

Más de la mitad de esa brecha, o alrededor de 23,060 unidades, es para alquiler que se consideran a bajo precio para los residentes más pobres del condado, aquellos que ganan menos del 30 % del AMI, o $23,700 al año para una familia de cuatro.

Visto de otra manera, la vivienda a bajo precio es ahora una porción mucho más pequeña de todos los alquileres en Charlotte y el condado de Mecklenburg, dijo Bridget Anderson del Instituto Urbano de UNC Charlotte, autora principal del informe.

“No solo hay escasez, sino que en realidad está aumentando. En el 2010, el 51 % de las unidades de alquiler se consideraban de bajo costo. Y en los ocho años transcurridos desde entonces, ese stock de alquiler a bajo precio se ha reducido al 25 %”, aseguró Anderson.

La disminución refleja tanto la construcción de nuevas unidades de lujo como la pérdida de unidades a bajo precio existentes. Y esa pérdida de lo que se llama “viviendas a bajo precio que ocurren naturalmente” ha elevado el alquiler promedio del área a más de $1,200 al mes.

“Entonces, el resultado es que más hogares con inquilinos están pagando más de lo que pueden costear por una vivienda y, como resultado, algunos terminan en la calle”, dijo Anderson.

Hogares agobiados por los costos

De hecho, el 44 % de los hogares con inquilinos en el condado estaban “agobiados por los costos” en el 2018. Eso se define como pagar más del 30 % de sus ingresos en vivienda. Muchos estaban “gravemente agobiados por los costos”. Aproximadamente el 20 % pagó más del 50 % de sus ingresos en vivienda.

El número de hogares con inquilinos que pagan más por vivienda aumentó de 78,862 en el año 2017 a 81,611 en el 2018, según los datos más recientes disponibles.

La mayoría de estos hogares son afroamericanos o latinos, grupos que también han tenido más probabilidades que otros de perder trabajos o ingresos en medio de la pandemia del coronavirus.

La investigación de Anderson encontró que más del 55 % de los hogares afroamericanos y latinos reportaron una pérdida de ingresos laborales en los

primeros dos meses de la pandemia, en comparación con el 43 % de los hogares blancos.

Falta de vivienda en aumento

El informe también dice que la población sin hogar del condado de Mecklenburg creció a 3,111 personas en junio, alrededor de 1,000 más que hace un año. Eso es de acuerdo con el Sistema de Información para la Gestión de Personas sin Hogar del condado, que rastrea por nombre a todos los que buscan servicios relacionados con la falta de hogar.

De ellos, 508 personas se consideran crónicamente sin hogar.

“Así que hay una pequeña porción que termina en refugios o en las calles”, menciona Anderson. “Pero la mayoría de las personas sin hogar lo hacen fuera de la vista del público. Es posible que se queden con familiares o amigos, o temporalmente en hoteles o moteles”.

El COVID-19 puede tener un efecto duradero

La mayoría de los problemas de vivienda del condado han existido desde mucho antes del coronavirus, pero LaCaria dijo que la pandemia ha empeorado las cosas.

“Es posible que el impacto a largo plazo de la pandemia del COVID-19 resulte en un mayor número de personas que experimenten inestabilidad de vivienda y falta de vivienda”, dijo. “Ha traído un nuevo sentido de urgencia a la necesidad de ayudar a albergar a todos, y también porque es importante proteger la salud pública”.

Pero podría haber un lado positivo en medio de todo esto. La pandemia ha traído una afluencia de nuevos fondos de emergencia. El dinero federal, estatal y local ha ayudado a mudar a algunos residentes sin hogar a viviendas temporales en hoteles y moteles para permitir la cuarentena y el distanciamiento social en los refugios.

La pregunta, dijo LaCaria, es “¿cómo puede el condado aprovechar el desafío actual para convertirlo en una oportunidad para la recuperación a largo plazo?”

LaCaria agregó que en algunos otros estados, los refugios temporales se están convirtiendo en viviendas permanentes. Eso es lo que sucedió en California, donde la legislatura aprobó gastar $550 millones para comprar moteles para convertir algunos moteles utilizados como refugios en viviendas de apoyo permanente. También están gastando otros $350 millones en servicios de apoyo.

Otros hallazgos

Las solicitudes de desalojo aumentaron un 12 % el año pasado en el condado de Mecklenburg, el tercer aumento anual consecutivo.

El alquiler promedio en el condado de Mecklenburg aumentó un 22 % en los últimos ocho años, pasando de $952 en el 2010 a $1,162 en el 2018.

Los propietarios de viviendas también están sufriendo los efectos del aumento de los costos. Aproximadamente 44,000, o el 25 % de los hogares ocupados por sus propietarios con hipotecas pagaron más del 30 % de sus ingresos en costos de vivienda en el 2018.

El informe de este año también incluye una sección sobre las barreras a la vivienda a bajo precio. Eso incluye falta de ingresos, mal crédito, salud física o mental y lo que se llama “discriminación por fuente de ingresos”. Ahí es cuando los propietarios se niegan a aceptar vouchers o vales federales u otra ayuda para el alquiler. Anderson dijo que alrededor del 21 % de los vales federales del condado de Mecklenburg no se usaron antes de que expiraran en el 2019. Los defensores de la vivienda están presionando a la Ciudad para que establezca reglas que dificulten que los propietarios descarten a los inquilinos únicamente en función de sus fuentes de ingresos.

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